El Sombrero en Bellas Artes 2: 20.noviembre.12

Hoy puede haber sido el primer día que M.Ángel y Andrés, sobre todo Andrés y al final, hayan entrado a dibujar una mancha. Los otros días, al menos yo no lo he visto tan a las claras, y sin lugar a dudas en Andrés.

Veníamos viendo que la sesión se le quedaba larguísima. Comenzaba sus dibujos y casi de una sola línea los terminaba, acababa el proceso encerrando toda la complejidad del dibujo en una caja que era el cuerpo. No mostraba salvo en muy poca medida un interés por seguir ejes o líneas de movimiento de la figura, ni proporciones ni la posición del modelo... Hoy en cambio, se ha sorprendido al comenzar su dibujo por segunda vez, siguiendo las indicaciones que le hemos dado, dibujar con el trapo y no con el carbón, esto es, sacando luces, usando el carbón no para hacer esas líneas gruesas de los días pasados, sino para meter negros y sacar contrastes, tal como se ve en las dos últimas fotos de su dibujo en comparación con la primera. Me da la impresión de haberle visto sorprendido. La razón puede que sea haber entrado a dibujar por primera vez, con criterios completamente nuevos para él, que le han agrandado mucho más allá su ahora nuevo recorrido por hacer al dibujar. Cosa que además tienen su prolongación en el aula de pintura.

Se está trabajando sobre principios que llevados a la práctica, aunque queden muy abstractos todavía, están dejando poso, uno absolutamente nuevo desde el que volver a mirar y volver a pensar el dibujo y la pintura. El ejemplo es la continua referencia al claro oscuro entre ambas aulas y su posterior traducción a color, a partir de la temperatura del color. Lo cálido es la luz y lo frío es la sombra, y entre medias aparece el volumen, la profundidad.

Todo esto antes no existía o no se sabía, ahora comienza a aparecer, a dibujarse abstractamente en la mente. Es el momento más atractivo de todos, cuando comienza a despertar el conocimiento, sobre todo cuando es sin forma delimitada aún, imprecisa, un fulgor de cosas que tienen un sentido unitario que va apareciendo aquí y allá, con el tiempo.