Ese texto era una poesía que llamó "Blank and White".
En los tres últimos versos, los que a mí más me gustan, dice que las piezas en blanco sobre la mesa están a la espera de ser bendecidas cada una en su propio color y belleza. Que únicamente después de ser bendecidas así, podrán respirar en su individualidad lo que cada una de ellas es según el color recibido.
Recuerda el acto tan sencillo y tan simbólica a la vez de dar nombre a alguien, a un ser que al recibirlo, es bendecido.
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